abono para olivos

ABONADO DEL OLIVO

Llevar a cabo un correcto abonado del olivo solo requiere de cuatro factores fundamentales: Las necesidades y deficiencias minerales del olivo, el o los nutrientes más idóneo a utilizar y la composición química que tenga el terreno.

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Conociendo las necesidades del olivo y sus deficiencias podremos determinar cuál será el tipo de nutriente que debamos utilizar; además, si tenemos en cuenta las condiciones del terreno donde vamos a cultivar olivas, determinaremos con mayor facilidad cuál será el tipo de abono ideal para sacar mejor provecho de nuestro olivar.

Todos los cuidados que se le puedan hacer a nuestros árboles de olivos serán pocos si se trata de mantenerlos correctamente cuidados para tener mayores y mejores cosechas como resultado.

Formatos de abono para olivos según el tipo de finca

Existen dos formatos de abonos para olivos, según las necesidades hídricas del olivar.

Abono líquido para olivos en regadío

Para utilizar el abono líquido para olivos en fincas de regadío habrá que determinar un plan anual de abonado, así como la cantidad de nutrientes que serán necesarios; todo esto, de acuerdo a la cantidad estimada de producción de aceitunas o aceite. Para calcular mejor las cantidades de abono líquido para olivos que vamos a utilizar, se puede considerar el análisis foliar del año anterior.

Hay tres tipos de nutrientes que se deben aportar mensualmente, pero variarán según el ciclo vegetativo o temporada de cada árbol; el nitrógeno (N), el óxido de fósforo (P2O5) y el óxido de potasio (K2O).

En el caso del nitrógeno, éste deberá aplicarse en mayor medida desde primavera hasta verano, ya que es la temporada de mayor demanda, y deberá reducirse a partir de agosto.

Por otro lado, el fósforo podrá aplicarse en iguales cantidades durante toda la campaña y las cantidades de potasio deberán ser mayores mientras se endurece el hueso de la aceituna.

También es aconsejable abonar siempre que se riegue el olivar, inclusive cuando llueve, y no dejar pasar demasiado tiempo sin fertirrigar. Asimismo, es preferible mantener los goteros en el mismo sitio y, en la medida de lo posible, utilizar soluciones ácidas para abonar los olivos.

Abono sólido para olivos en secano

Si decidimos aplicar un abono sólido para olivos en secano, debemos tener en cuenta todas las variantes de las producciones en secano; según estas, se podrán utilizar nutrientes con nitrógeno, fósforo y potasio, y se determinará si es necesario utilizar abonos en estado sólido o líquido.

Respecto al potasio y al fósforo, estos se pueden agregar en otoño, aplicados por separado, o junto con el nitrógeno si se aplican posteriormente a la recolección. Lo más preferible es hacerlo justo en ese momento (después de recolectar) ya que se pueden aprovechar mejor los días de lluvia de primavera para así nutrir el suelo.

Para nutrir con abono solido para olivos en secano hay que hacerlo directamente sobre el suelo, cerca de las raíces para que estas absorban los nutrientes. Asimismo, se pueden aplicar fertilizantes sólidos y distribuirlos por el medio de las calles del olivar, o utilizar fórmulas NPK sólidos, compuestos mezclados para aplicar fórmulas específicas, etc.

Composición de los abonos para olivos

Para que los árboles de olivos puedan desarrollarse correctamente, no basta con los nutrientes que puede aportar el suelo. En ocasiones, se deben utilizar nutrientes externos para suplir sus necesidades, por este motivo debemos tener en cuenta la formulación y composición de los abonos para olivos.

Abono NPK para olivos

El abono NPK es ideal para plantones de olivos de pequeño tamaño, ya que, cada uno de sus elementos, contribuye con el crecimiento del mismo.

Asimismo, uno de los elementos más importantes es el nitrógeno, ya que acelera el desarrollo de la planta y le permite asimilar mejor el resto de los componentes que deberá absorber. Debido a que tiene poca estabilidad en el suelo, debe incluirse a lo largo del plan anual de abonado y en su medida justa, ya que el Abono NPK para olivos no causará mayores efectos si se aplica más de lo adecuado. Las cantidades correctas para los olivares tradicionales son de 0,5 y un kilogramo de N por árbol.

Por otro lado, el fósforo interviene en varios procesos bioquímicos del olivo; puede acelerar la maduración, mejorar el cuajado y, por supuesto, la floración del árbol. A diferencia del nitrógeno, la respuesta del olivo hacia este nutriente solo comienza a verse al cabo de un par de años; sin embargo, utilizarlo es necesario para evitar deficiencias en el olivo. Si ese fuera el caso, la cantidad a aplicar sería de 0,5 kilogramos de P2O5 por árbol.

El potasio también tiene un papel importante en el abonado, ya que es el encargado de transportar los azúcares del olivo, así como de ayudar en la transpiración y otros procesos bioquímicos. Físicamente, ayuda a aumentar la resistencia a ciertas condiciones; como las heladas y algunas enfermedades; además, mejora la calidad y el tamaño de las aceitunas. Si la cosecha es abundante, las cantidades utilizadas de potasio deberán ser mucho mayores; cuando los árboles presentan deficiencias de este nutriente, podría ocasionar defoliación y necrosis, características difíciles de corregir a corto plazo. Las cantidades ideales varían entre uno y dos kilogramos de K2O por árbol.

Abono con urea para olivos

La urea es una de las fuentes de nitrógeno más económicas que pueden aplicarse a los cultivos debido a que es orgánico; no obstante, la gran porción de nitrógeno que contiene es poco asimilable para la planta.

Para que el abono con urea para olivos pueda actuar, este debe hidrolizarse para transformarse en anhídrido carbónico y amonio, o en ión bicarbonato y amonio. En este caso, estará disponible como nitrato o como amonio, según el tipo de suelo. A esto se le llama proceso de nitrificación y, en este caso, las cantidades existentes de nitrógeno se reducirían a un 60%.

Desde el punto de vista químico, al aplicar la urea, esta se disuelve, pero no se disocia; por lo tanto, su conductividad no aumenta. Ahora bien, desde el punto de vista agronómico, esta sí comenzará a aumentar la conductividad una vez que ha sido hidrolizada. En otras palabras, significa que es un compuesto que puede ser utilizado como abono, pero que, sin embargo, termina siendo muy difícil de medir.

En conclusión, este abono cristalino tiene aspectos tanto positivos como negativos, aunque no debería ser utilizado en sistemas de fertirriego con controles de conductividad.

Abono con boro para olivos

Otro de los elementos bioquímicos más importantes para el desarrollo de los olivos es el boro, debido a que su deficiencia se traduce en terrenos extremadamente secos y suelos calizos. Además, cuando un olivo presenta deficiencias de este compuesto se harán claramente visibles en las funciones de cuajado y floración, además de que los frutos tendrán un aspecto deforme.

Los síntomas de los árboles cuando presentan deficiencias de boro son muy similares a las del potasio. El síntoma de deficiencia más común y más visible en este caso es la aparición de manchas en las hojas que se asemejan a las de una quemadura; en ocasiones, también aparecen partes necróticas en las mismas que se muestran entre la parte “sana” de la hoja y la parte enferma. De igual forma, cuando existe deficiencia de boro, los frutos tienden a caerse o, como habíamos dicho anteriormente, a madurar con aspectos de deformación.

Estos síntomas no solo aparecen cuando existe deficiencia de boro, sino también cuando las cantidades excedan lo necesario; en este caso, los árboles que son afectados no suelen producir flores.

Para evitar todo esto, se pueden aplicar porcentajes de 0,5 kilogramos de borato sódico por árbol o utilizar abonos especiales que contengan entre un 0,1-0,2% de boro; de esta manera, mejorará notablemente el proceso de cuajado.

Abono con hierro para olivos

La aplicación de abono con hierro para olivos tiene la misma importancia, o casi, que el boro o el potasio. Las deficiencias de este componente bioquímico en los árboles de olivo se manifiestan con síntomas similares a la clorosis.

Esta deficiencia puede darse incluso cuando el compuesto de hierro está presente en el suelo, ya que ocasiona en él una inmovilización por parte del ión bicarbonato. El síntoma más claro cuando existe déficit de hierro (y, por lo tanto, clorosis férrica) es la necrosis en los ápices y bordes de las hojas jóvenes, que suele verse más acentuada cuando los casos son extremos.

Abono especial para olivos

Tomando en cuenta la gran cantidad de variedades de olivos que existen, es probable que algunas presenten mayor sensibilidad a diversas deficiencias que otras. Es por esto existen otras alternativas de fertilización en olivar cómo puede ser el abono especial para olivos, con formulaciones más innovadoras que arrojan mejores resultados en plantaciones cuyas condiciones desfavorables comprometen la producción. No obstante debemos tener en cuenta algunos factores importantes en el olivo, como el vigor del mismo árbol o el desarrollo de sus raíces, para determinar el tipo de abono (o la mezcla de los diferentes nutrientes) que deberán ser utilizados.

Un ejemplo son los suelos ácidos de Arenas de San Pedro, ubicada en Castilla y León, donde se cultiva la variedad Manzanilla Cacereña. Esta especie, por ejemplo, puede presentar deficiencias de potasio, fósforo, o calcio, representándose en su desarrollo foliar. Asimismo, esta variedad tiene la capacidad de cuajar mejor a pesar de la ausencia de boro en comparación con otras.

En este caso, se debe llevar a cabo un abonado selectivo que se adecúe a las necesidades y deficiencias de la variedad Manzanilla.

Abono ecológico para olivos

El suelo tiene la capacidad de generar nutrientes naturales para mantener su fertilidad y favorecer el crecimiento de los olivos; sin embargo, estos nutrientes no se reponen tan rápido como es necesario y es por ello que los agricultores optan por aplicar aportes adicionales al suelo.

En este caso, el abono ecológico para olivos es indispensable para conservar su salud y desarrollo. Es por ello que se utiliza abono orgánico de fondo, además de los abonos convencionales o el estiércol; este no solo permite ver los resultados con mayor inmediatez, sino que mejora la salud de los árboles y eso se ve representado en la calidad de la producción a futuro.

En el aspecto químico, los abonos ecológicos pueden reducir las oscilaciones de pH en el suelo, así como aumentar la fertilidad del mismo. Por otro lado, en el aspecto físico, los abonos ecológicos pueden absorber mejor la radiación solar y, por lo tanto, la absorción de nutrientes. Además, mejoran la estructura y permeabilidad del suelo, disminuyen la erosión y contribuyen con la retención de líquidos.

Un ejemplo de los abonos ecológicos que se pueden utilizar es el extracto de algas, que favorece la recuperación de aceitunas ante situaciones de estrés del olivo, además de ayudar en el crecimiento foliar, cuajado, rendimiento de los frutos, entre otros aspectos. Este tipo de abono está elaborado con carbohidratos (que promoverán el crecimiento vegetativo), aminoácidos y extractos de algas 100% solubles.

Tipos de abonos según la aplicación

Existen tres tipos de abonos para olivos según la forma de aplicación que elijamos y esto dependerá de varios factores:

Abono foliar para olivos

El abonado foliar es utilizado para que los árboles puedan absorber rápidamente los nutrientes primarios NPK (nitrógeno, fósforo y potasio) sin importar si será de forma individual o conjunta. Este tipo de abono foliar para olivos permite corregir deficiencias existentes cuando los nutrientes aún no han comenzado a actuar a través del suelo y los cultivos no tienen capacidad de asimilación.

Para aplicar este método de abonado deberá hacerse como si fuera lluvia, de esta manera las hojas podrán absorber dichos nutrientes. Aún así, este tipo de abonado se utiliza mayormente como complemento del abonado de suelo o cuando la absorción de las raíces es limitada.

Cuando los nutrientes son absorbidos por las hojas a través de este método, los resultados se comienzan a ver rápidamente; sin embargo, también hay que tomar en cuenta la presencia de luz, calor y humedad para determinar la asimilación que tendrá por parte del olivo. Además, no todos los nutrientes pueden aplicarse a través de este método

Abono por goteo para olivos

El tipo de abono por goteo para olivos no es más que aplicar fertilizante a través de cualquier sistema de riego. Este tipo de abonado también es llamado fertirrigación y consiste en diluir fertilizantes en el agua de riego para esparcirlos por todo el suelo del olivar y que este absorba los nutrientes, así como las raíces de los olivos.

La efectividad de los diferentes métodos de riego también puede variar; por ejemplo, la eficiencia de los sistemas de riego por goteo suele ser mucho mayor a la de los sistemas de riego por aspersión: la primera, siendo mayor al 90% y la segunda alcanzando un 70%.

Cuando se aplican sistemas de riego por goteo en climas más secos, la aparición de maleza entre las hileras de los cultivos es mucho menor; además, el contacto del agua con los frutos, tallos y hojas es mucho menor, lo que significa que la posibilidad de que aparezcan enfermedades es mucho menor.

De cualquier forma, es importante destacar que para que el abono de riego por goteo pueda funcionar exitosamente, también será necesario llevar un mantenimiento constante de los sistemas de riego.

Abono aplicado con abonadora o a mano

Cuando los productos fertilizantes son aplicados directamente sobre la base del cultivo, ya sea directamente o diluidos en agua, se le llama abono aplicado. Este método de fertilización se puede aplicar tanto en la superficie como debajo del suelo y su objetivo es nutrir las raíces con mayor facilidad y rapidez.

Por supuesto, su aplicación dependerá de las necesidades del cultivo y se puede aplicar durante toda la temporada; no obstante, cuando las cantidades sobrepasan lo necesario, pueden llegar a causar la muerte de los árboles, además de dañar el suelo y perjudicar el medio ambiente.

El método de abono aplicado puede hacerse de dos formas. La primera es la localizada en el olivo, que consiste en agregar el fertilizante alrededor de los arboles para que las raíces tengan mejor acceso; este tipo de abonado se puede aplicar tanto externamente como dentro de la tierra. El otro tipo de abonado consiste en utilizar medios mecánicos para espolvorear por toda la extensión de terreno el fertilizante.

¿Qué debes tener en cuenta al abonar el olivar?

Para poder maximizar la producción es necesario nutrir debidamente los cultivos y tomando en cuenta la cantidad de factores que hay que verificar, lo ideal es hacer un plan de abonado con su respectivo calendario anual.

Plan de abonado para el olivo

El plan de abonado para el olivo es indispensable, ya que nos permitirá aportar los nutrientes necesarios en cada momento.

  • El momento ideal para abonar el olivo es tras haber finalizado el reposo de invierno por varias razones. La primera es que no sirve de nada hacerlo en enero cuando las lluvias de invierno y primavera se llevarán gran parte del abono. Por otra parte, cuando el abono se coloca con el suelo recientemente humedecido o antes de llover, el nitrógeno no se degrada al exponerse al sol; en estos casos, la lluvia no sería perjudicial, solo si no es excesiva. Lo ideal es que las raíces puedan consumir el abono rápidamente después de agregar el fertilizante.
  • Durante la temporada de otoño, se puede planificar el abonado cuando los olivos presentan déficits de fósforo o potasio; sin embargo, hay que tomar en cuenta que deberá hacerse cuando el suelo permita que la humedad diluya los nutrientes del abono.
  • Para elaborar el plan de abonado también es importante saber que el olivo entra en parada vegetativa en el momento en que la temperatura es inferior a los 10ºC, por lo tanto, el momento para abonar debe ser a principios de otoño. No obstante, los tratamientos de nitrógeno deben hacerse a partir de la primavera para que los brotes no corran peligro de quemarse durante las épocas más frías.

Calendario del abono del olivo

Como agricultor profesional el calendario de abono para olivos debes tenerlo en cuenta, no obstante, la agricultura depende de la climatología, la cual puede alterar este calendario en numerosas ocasiones. En Enero el olivo tiene poca actividad; por lo tanto, se suelen adoptar esos días para las podas y poco más.

Posteriormente, desde febrero hasta marzo, las flores comienzan a brotar; por lo tanto, es común ver las primeras apariciones de plagas según el tipo de olivo. Para evitarlo se utilizan productos fitosanitarios y se refuerzan los árboles aplicando abonos con nitrógeno para estimular el crecimiento de las hojas y la calidad de los frutos.

En marzo sigue formándose el racimo, por lo que es conveniente utilizar abonos completos que tengan fósforo y potasio, pero, sobre todo, mucho nitrógeno para que se pierda la menor cantidad debido a las próximas lluvias primaverales.

Abril es un momento crucial para el desarrollo de las aceitunas; en este mes se deben aplicar soluciones a base de fósforo para estimular su crecimiento y cuajado, y proteger los olivos ante las plagas utilizando insecticidas.

El momento de la floración es en mayo, donde es común ver la aparición de prays, por lo que hay que protegerlas utilizando tratamientos fitosanitarios y realizar aportes foliares para estimular la floración.

Junio y julio son los meses de cuajado de las aceitunas; por lo tanto, es el momento ideal para equilibrar los nutrientes de los árboles, aplicando los diferentes abonados necesarios para ello y continuando con el proceso fitosanitario para protegerlos de las plagas.

En agosto y septiembre las aceitunas comienzan a endurecer. Durante estos meses se debe continuar con la aplicación de abonos NPK para fortalecer y contribuir con el crecimiento de los frutos.

Octubre es cuando el fruto ya está formado, por lo tanto, se deben aplicar tratamientos preventivos de cobre para prevenir la formación del repilo y aplicar fertilizantes para aumentar los niveles de potasio. Asimismo, en noviembre debe continuar este proceso y aplicar abonos NPK ricos en potasio.

Preguntas freguentes sobre la fertilización en olivos

Preguntas frecuentes sobre el abonado en olivos.

¿Cuál es el mejor abono para olivos?

Esto dependerá de muchos factores. Por ejemplo, los olivos jóvenes requieren de abonos NPK para contribuir con su crecimiento; sin embargo, los olivos de producción requieren de más cantidades de potasio.

¿Cómo echar abono a los olivos?

Hay distintas maneras de abonar los olivos: abono foliar, fertirriego y abonado de cobertera. Esta última es la más utilizada, ya que permite aplicar grandes cantidades de abono de forma rápida y sencilla.

¿Cuáles son las carencias del olivo y cómo ayudan los abonos a corregirlas?

El abonado del olivo permite satisfacer las carencias de nutrientes en estos para evitar que sufran defoliaciones, deficiencias en la productividad, etc. En este sentido, las deficiencias más comunes son el raquitismo, defoliación, frutos deformes, fallos en la producción y la clorosis en las hojas.

¿Qué tipos de abonos se utilizan para mejorar el cuaje del olivar?

Lo más recomendable es abonar con materia orgánica, estiércol o minerales. Asimismo, el nitrógeno y el potasio son dos de los minerales más importantes para el cuajado del fruto.

¿Cuándo aplicar boro los olivos?

Es recomendable aplicar tratamientos con boro cuando el olivo presenta deficiencias foliares; no obstante, es importante controlar las cantidades ya que en exceso podría suponer consecuencias fitotóxicas.

¿Cuántos kilos de abono se le echa a un olivo?

El olivo necesita, aproximadamente, de 20 a 25 kilogramos de potasio, 15 kilogramos de nitrógeno y de 4 a 5 kilogramos de fósforo por cada mil kilogramos de aceitunas generadas. No obstante, esto también dependerá de la composición del abono y el tipo de producción.

¿Cuál es el precio del abono para olivos?

El precio de los abonos puede variar respecto al tipo de nutriente. Por ejemplo, el nitrógeno es más económico porque es más fácil de conseguir, sin embargo, el potasio, el fósforo o el boro son más costosos.